Como una piedra que se lanza en el agua, la estética que la caracteriza genera líneas suaves y regulares: círculos concéntricos cada vez más grandes que se corresponden con las fuentes luminosas. Los colores neutros tono sobre tono de las versiones de suelo, mesa y pared, envuelven la lámpara guiando las vibraciones de la luz, que transmite una sensación de calma y relax, delicada y uniforme como la marea, capaz de adaptarse y enriquecer todos los ambientes.