Las formas regulares encastradas en un perfecto equilibrio de transparencias y reflejos componen el diseño de Clizia. La lámpara toma su forma de la naturaleza: es una nube que captura la luz del sol de las primeras horas del día, cargándose de reflejos cambiantes, es la copa de un árbol que filtra la luz y crea juegos con las sombras. Las versiones en las que está disponible conjugan estética y funcionalidad: todas están dotadas de un soporte magnético que ancla la lámpara a las superficies (de techo y de suspensión) o a la base de metal (mesa y suelo). El paisaje de Clizia reaviva el ambiente en el que se encuentra sin invadir con su presencia.